martes, 23 de marzo de 2010

4. 20 años de democracia, EDA

20 años de democracia (1985-2005):
Juan José Calvo, Adela Pellegrino


1. Introducción:


La demografía es una disciplina de las ciencias sociales, que ha afinado su capacidad de formular pronóstico.
En Uruguay, después del largo periodo de estabilidad demográfica entre las décadas de 1930 y 1970, los parámetros principales comenzaron a alterarse. El país se caracteriza por una demografía atípica.
Los indicadores de crecimiento, de mortalidad, así como la estructura por edades, se acercan a los valores observados en los países industriales, al mismo tiempo la migración internacional se orienta, al igual que en los países subdesarrollados, hacia los países del norte.
Uruguay proceso tempranamente su transición demográfica (transición demográfica; se entiende por el pasaje de un régimen de alta natalidad y mortalidad a otra de baja natalidad y mortalidad), por esto precisamente Uruguay se distinguió de Latinoamérica.
No registro explosivas tasas de crecimiento poblacional, y el precoz descenso de la natalidad y de la mortalidad asemejó su comportamiento demográfico al de algunos países europeos. La creencia, durante el s. XX, era que el país no tenia problemas demográficos o poblacionales, la consecuencia de esto es que no se implementaron políticas de población, entre otros encontramos, el desafío de enfrentar las consecuencias negativas del envejecimiento de la población, acciones en materia de salud reproductiva, así como la capacidad de retener a los jóvenes que emigran o recibir a aquellos que quieren retornar.
En los 20 años transcurridos desde la restitución del gobierno democrático Uruguay cambió mucho, la desigualdad aumentó, y dio paso a una sociedad crecientemente fragmentada.
La evolución de los diferentes componentes del cambio demográfico (natalidad y fecundidad, mortalidad y migración), así como otros cambios, como por ejemplo la modificación en la estructura por edades de la población y las transformaciones en las estructuras familiares.


2. Cuando 20 años es mucho:

A la salida de la dictadura, la población era de apenas 3 millones de habitantes. 20 años después, se ha incrementado en un cuarto de millón. El bajo ritmo de crecimiento, se debe principalmente a la baja natalidad y al persistente proceso de emigración internacional, ya había sucedido en la década del 70, pero fue muy intenso entre 1999 y 2003.







Variables demográficas:

3. Una baja natalidad, aún en descenso:

La transición demográfica en Uruguay se cumplió con pocos años de diferencia respecto a algunos países europeos (España, Italia), en la década del 40. El descenso en los pasados 20 años se proceso principalmente desde 1998, guarda relación con la crisis económica y el consiguiente proceso emigratorio. En esos difíciles años no es de descartar que muchas parejas hayan postergado la decisión de tener hijos para algún momento más favorable desde el punto de vista económico.
La emigración ha desempeñado un papel importante en el descenso de los nacimientos, dado que fue más intensa en las personas en edades activas jóvenes, en las que también se concreta la reproducción.
Otro elemento que influyo en la disminución en los nacimientos, fue que entre 1975 y 2001 los divorcios se duplicaron, al igual que las uniones libres y los nacimientos fuera del matrimonio legal, los casamientos se redujeron a la mitad. Esto ocurrió principalmente a partir de mediados de los 80.

4. Creciente peso de los pobres en la reproducción de los uruguayos:

Los valores más altos en los indicadores de fecundidad de los sectores más pobres no son exclusivos del Uruguay, ni tampoco algo nuevo, más del 50% de los nacimientos ocurrían en madres que presentaban al menos una necesidad básica insatisfecha (NBI).
A medida que consideramos un mayor número de (NBI), los valores más altos de natalidad se trasladan hacia edades más jóvenes. Las mujeres con tres o más NBI maximizan su fecundidad a los 19 años; y una mujer sin NBI a los 29 años.
En conclusión, la fecundidad de las mujeres más pobres duplica la de las mujeres con NBS, con una brecha de diez años entre los momentos en que ambos grupos maximizan su reproducción.

5. Importante descenso de la mortalidad infantil:

En los pasados 20 años no se observaron cambios relevantes en los valores de la mortalidad general. Es destacable el descenso registrado en las muertes de menores de un año. La tasa de mortalidad infantil (TMI) disminuyó a la mitad: de 30 a 15 muertes por cada 1000 nacidos. La TMI es un indicador socioeconómico. Al fin del periodo militar, el valor de la TMI situaba al país en un lugar retrasado con respecto a otros países Latinoamericanos, por esa razón, los esfuerzos por reducir el valor del indicador han constituido una preocupación fundamental de los gobiernos democráticos.

6. Una estructura poblacional envejecida……
Que continuó envejeciendo

Cien años de reducción de la fecundidad y de la mortalidad, consiguieron elevar la esperanza de vida, que a principios del s. XX era de 50 años, y actualmente es de 75.
20 años más tarde se perfila un país donde el proceso de envejecimiento es aún mayor. A esta evolución a contribuido, la baja en el número de nacimientos y la emigración. La emigración tiene consecuencias doblemente envejecedoras en la estructura demográfica: por un lado, la propensión migratoria es mayor entre personas jóvenes, por otro, es en estas edades que las parejas tienen hijos, los cuales emigran acompañados a sus padres o nacen en los países de recepción.
En los seres humanos nacen más hombres que mujeres (105 hombres por cada 100 mujeres es la relación), pero la mortalidad es mayor entre los hombres.
Esta relación es conocida como relación de masculinidad, la emigración también influye en esta relación.
La ganancia de esperanza de vida, si bien se ha verificado en ambos sexos, ha sido mayor para las mujeres.

7. La migración internacional:

La migración de población es uno de los fenómenos demográficos de mayor importancia en la historia de la población uruguaya. En la 2da mitad del s. XX comenzó, al igual que en otros países de América, un fenómeno nuevo, que implicaba una reversión de las corrientes tradicionales de migración internacional, originadas de Europa y Oriente Medio.
Aunque el Uruguay se incorporo a esa tendencia general, hay 2 rasgos que caracterizan el fenómeno en el caso nuestro. 1ro la precoz respuesta de la emigración como estrategia de vida frente a la crisis y, 2do, el volumen que alcanzó el éxodo con respecto al total de la población.
Así como la inmigración del s.XIX y primera mitad del s. XX, la emigración desde la 2da mitad del XX y primeros años del XXI tuvo consecuencias importantes sobre la sociedad uruguaya, no solo por su volumen, sino también por su efecto sobre la estructura social y la cultura.
Desde el punto de vista cuantitativo, la emigración afectó el crecimiento de la población y alteró el peso relativo de las generaciones, aumentando el envejecimiento, reduciendo el número de jóvenes y de nacimientos.
Desde el punto de vista social, es claro que las sociedades pueden verse enriquecidas por la influencia de diferentes culturas que transmiten los emigrantes y beneficiarse de las transferencias de dinero que ellos envían a sus familiares.
Sin embargo, la sociedad uruguaya pierde recursos humanos valiosos, se deteriora la calidad de su fuerza de trabajo, las familias se ven afectadas por la distancia, así se expande un sentimiento de depresión sobre la sociedad y en el imaginario colectivo se instala la idea generalizada de que el proyecto de futuro está fuera de fronteras.
En el plano de los individuos, algunos pueden desarrollar proyectos personales exitosos, desde el punto de vista laboral y económico, aunque también pueden sufrir maltratos que pueden llegar a la categoría de violaciones a los derechos humanos, en especial cuando se esta de forma ilegal (sin papeles).
Cuando volvió la democracia el 1 de marzo de 1985, muchos políticos y observadores creyeron que la emigración sería un fenómeno del pasado, y se preveía una reducción de la emigración, en cambio, algunos científicos sociales sostuvieron que la emigración continuaría en el largo plazo.
Los jóvenes que se declaraban a favor de emigrar pertenecían a hogares ubicados en estratos de ingresos medios y altos. La voluntad de emigrar aumentaba con el nivel educativo, y era particularmente elevada entre quienes se encontraban realizando estudios técnicos y universitarios. Los destinos eran fundamentalmente países desarrollados; Estados Unidos y España han recibido más de un tercio cada uno del flujo total.
En 1999, comenzó un nuevo empuje fuerte de la salida de uruguayos del país. Impulsada por la desocupación que aumentaba y favorecida por la demanda creciente de empleos en los países desarrollados.
Los vínculos de los emigrantes ya instalados, junto con la circulación eficiente de la información, hicieron viable esa respuesta.
Se acentúa entre 1999 y 2003 coincidiendo con la agudización de la crisis económica, quizá la más importante de la historia del país.
La colonia más numerosa de uruguayos sigue siendo la de Argentina, principal lugar de destino tradicional de los emigrantes uruguayos, sin embargo, la crisis de las últimas décadas opero de manera similar en ambos países, por lo que Argentina dejó de ser un destino de emigración, en el 2001 se registro una reducción del número de personas nacidas en Uruguay, que vivían en Argentina.
Entre los emigrantes predominan los hombres jóvenes, con un nivel educativo entre medio y alto si se le compara con el de los individuos de la misma edad residentes en el país (la proporción de personas con estudios terciarios es mayor entre los emigrantes que entre quienes permanecen en el país). En Estados Unidos y España, el nivel educativo de los inmigrantes uruguayos puede considerarse alto en relación con la población residente en Uruguay.
La mayoría se ubica en espacios que suponen una movilidad social descendente desde el punto de vista del estatus de los puestos que acceden. No obstante, estos empleos les permiten, generar ahorros y acceder a un nivel de vida mejor que el que podían tener en Uruguay.
La emigración contribuye a disminuir el ritmo de crecimiento y a acentuar el proceso de envejecimiento de la población. Las implicaciones económicas de esta perdida no deben contabilizarse solo en términos de capital humano, sino también en el deterioro de la relación activo/pasivo y la consecuente disminución de contribuyentes a la seguridad social, además de la perdida de iniciativas, de imaginación y de fortaleza para enfrentar las situaciones de cambio.
Las políticas migratorias deberían ser objeto de políticas de Estado orientadas a aprovechar sus efectos positivos y revertir los negativos.


8. Cambio en la familia:

Es en el ámbito de la familia que se forjan los comportamientos demográficos.
El Uruguay se ha caracterizado por haber incorporado ciertos comportamientos demográficos de forma precoz, en comparación con los países NO desarrollados.
Esos cambios empezaron en 1970, en el 2do quinquenio de los 80 se registró un inflexión significativa en la mayoría de los comportamientos familiares; descendió la tasa de casamientos, aumentaron los divorcios, creció el porcentaje de personas en unión libre en el total de los unidos y aumento el porcentaje de nacimientos extramatrimoniales.
Entre 1981 y 2001 el cambio más notable es el aumento del número de hogares de personas solas; también se observa en Montevideo una reducción del número de hogares conformados por padres, madres e hijos y el aumento de aquellos llamados monoparentales (jefe/a e hijos).
Factores demográficos que influyen en los cambios en las familias son; el envejecimiento de la población, el aumento del número de divorcios y el descenso de la fecundidad. La migración internacional, cuyos efectos impactan a las familias alterando otras variables demográficas como la natalidad, la nupcialidad y el envejecimiento.
Los cambios en la familia corresponden a; i. la modificación de los comportamientos que se extiende en los países occidentales, o si; ii. En los años del fin de la dictadura asistimos a un apartamiento de las normas que regían los comportamientos familiares tradicionales. Ambos tipos de factores han estado presentes en los procesos de cambio.
A la sociedad hiperintegrada que se fraguo en la primera mitad del s. XX le siguió una sociedad fragmentada, que se caracteriza por valores de los indicadores crecientemente diferentes entre los sectores sociales, fragmentación que también se expresa en una creciente segregación territorial, así como en inequidades entre los géneros y las generaciones.

9. Conjuntos y generaciones: un rápido ensayo de clasificación:

El cambio demográfico impacta sobre la sociedad, y una de las consecuencias importantes de una mayor esperanza de vida es la coexistencia de varias generaciones.
La denominación Cohorte de Edades, es utilizada por la demografía para identificar a las personas nacidas en el mismo año o en el mismo intervalo de años.
También los demógrafos suelen utilizar esta expresión para agrupar a las personas que han realizado cierto evento en un lapso determinado, como por ejemplo, contraer matrimonio, obtener un diploma o haber sido protagonista o participante de ciertos acontecimientos históricos.
La generación del 45, generación de intelectuales que participaron en un movimiento literario (estarían en la cúpula de la pirámide), seguida por la generación del 58 se vincula a movimientos estudiantiles y sociales, esta generación tuvo un peso importante en la evolución del sindicalismo. La generación del 68, es decir la que en el 68 tenia entre 19 y 28 años, en 1985 tenia entre 35 y 44 años, se formo en un periodo tormentoso y difícil, de enfrentamientos sociales y políticos violentos y de gestación de la dictadura.
La generación de los 90 que hoy tienen entre 25 y 34 años, en el ámbito universitario, se distinguió de la anterior por autoidentificarse como un grupo con intereses y practicas comunes y originales, distintos de sus predecesores. La generación de los 90 se moldeó alrededor de las luchas, en democracia, por mejoras en la educación

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